Aunque ya hace tiempo de aquello, ha sido (de momento) el mejor viaje a Pirineos.
Después de trabajar este verano en incendios y viendo que tenía ahora unos días de vacaciones decidí largarme a Pirineos, zona a la que siempre tengo ganas de volver. La idea era estar por el Valle de Cerler, la Besurta, el refu de la Renclusa y subir al Aneto (si se podía).
Salimos el jueves 1 de octubre hacia las 6 de la tarde con la idea de subir a la Renclusa a dormir, aunque se nos hiciera muy tarde, pues no hay problema, ya que puedes dejar el coche en La Besurta (dónde ya no puedes pasar) y en 45 minutos de marcha llegas al refu. Allí nos estaban esperando, pues Xavi, un colega, está de guarda.
Como se nos hizo algo tarde y llamamos a Xavi para comunicarle que no llegábamos a la hora prevista, nos dijo que al final se había quedado abajo, que subiría mañana viernes. Así que nos quedamos a dormir en su casa, en un pueblecito llamado Sahún. Como no, muy acogedor y un trato genial. A dormir, que mañana tenemos subida a la Renclusa y lo que tengamos ganas. Allí conocimos a Patri, también guarda del refu y compañera de Xavi.
El viernes, mañana en plan tranqui, desayuno y paseo por Benasque. Cafetito y en coche hasta la Besurta. Aquí en verano no puedes llegar si no es en bus o andando, puesto que cierran la pista forestal por la cantidad de gente que hay, pero en estas fechas está abierta.
Hace un día estupendo, creo que vamos a tener suerte y buen "orage".
Subimos al refu por el atajo, jo, jo, jo. Vaya sudada y con lo llena que llevo la mochila, no puedo ni con mi alma. ¿Y yo hago carreras por montaña? Vaya tela!!
Recibimiento estupendo, nos dejan una habitación para nosotros, ya que no hay mucha gente. El refu está nuevo, recién pintado y muy bien acondicionado, parece un hotel de montaña. Bajamos a comer los "huevos de la Renclusa", plato inmejorable a esas horas. Recojemos cocina y hale, siestecita y cafetito al solete ... que se está de lujo. Pero, ¿habrá que hacer algo, no? Esta tarde toca una ruta hasta els Aigüalluts, o "El Forao".
Són unos 9 km facilitos con subida hasta el Collado de La Renclusa, bajada hasta Els Aigüalluts i por la Besurta regreso al refu. Salimos hacia las 5 de la tarde y regresamos a la hora de poner las cenas (19:30). Paseo agradable y de preparación para mañana, que toca el Aneto (uys, quin susto!), así que vamos haciendo fotos, saltando, medio corriendo-andando. Se nos hace casi de noche y subimos con los frontales. Hace un frío que pela en cuanto se va el sol, con lo bien que se estaba en la siesta!
Entramos en el refu y oh! Está lleno de gente, toca currar un poquete. Nos quedamos en la cocina, poniendo lavaplatos, quitando mesas, "arregussant" en definitiva. Y luego cenamos nosotros, cuando los demás se han ido a acostar. Uf, qué rico está todo allí arriba, es un lujazo.
Prontito a dormir que mañana "parriba".
Madrugamos y desayunamos. A las 6 y poco salimos del refu. La idea es llegar hasta el portillón superior y desde allí al Collado Coronas para ascender al Aneto. Una vez en la antecima ya pensaré lo de la Mahoma esa, ahora no. Me niego. El descenso intentaremos hacerlo por el Ibón de Salterillo, para ahorrarnos otra vez todo el caos de bloques, menuda entropía. (Ays, que mal sientan los cursos de incendios!)
Nada más salir me entran ya unos calores y me comienzo a quitar ropa. Llevamos mochilas de ataque con la comida del día, ropa de abrigo, crampones, piolet y las botas. Yo voy de estreno, bueno, las botas van para estrenar dentro de la mochila y yo voy con mis zapatillitas de correr. Y porque no podré llegar hasta la cima con ellas, que si por mi fuera... Así que subimos, subimos, bloques, piedros ... esto no se acaba nunca. Hay dos rutas posibles, bueno 3. La primera es cruzar hacia el glaciar del Aneto por el Portillón inferior, cosa poco recomendable puesto que alcanzas el glaciar más adelante y por lo tanto has hecho más metros por los bloques. Otra opción es ir por el Portillón superior, que es por donde se debe cruzar la cresta de los portillones. Aquí el problema es irse demasiado hacia arriba y meterse en el glaciar de La Maladeta, y oh! ¿Dónde terminé yo? Pues en ese glaciar!!! ¿dónde sinó?
Hala!, como no vamos solos puesto que hemos encontrado varios compañeros de ruta por el camino, nos equivocamos todos juntitos, en grupo, así da más gozo. Decidimos, antes de remendar el descosido, que vamos a almorzar, que ya hay hambre. Tras ello, Paco y su hermano deciden asomarse a una rimaya que parece practicable, aunque si en el mapa de la guía Alpina invernal no sale como buena...no se yo. Nada, no se puede descender. Así que todos juntitos otra vez bajamos hasta encontrar el pluviómetro del que no habían hablado Xavi y Patri. Si estar tenía que estar, el problema es que no lo hemos visto. (Que no llevaba las gafas de ver, jeje).
Cruzamos por el portillón superior y oh! El Aneto!!!, ¿dónde? Allá, donde Cristo perdió el gorro. Mamma mia! Vuelta a la calma y al paso gorrinero. Un torro insoportable, hace mucho calor, el día que venga el invierno...jeje.
Se hace ya un poco pesado, pero voy bien. Sobretodo voy cómoda con las zapatillas, pero...se acabó lo bueno. Ahora entramos en el glaciar y hay que cambiar de calzado. Estreno botas, qué duras, ya me acostumbraré, porque esto no tiene pinta de domarse ni reblandecerse. En fin. Crampones, piolet (ya me los he comprado, bueno, lo dejaremos ahí....puesto que pienso seguir con esto de la alta montaña) y crema, mucha crema para la cara (que amablemente nos ceden los compañeros).
Nos vamos haciendo fotos por el camino, el glaciar ha retrocedido mucho (dicen los que ya han venido otras veces por aquí). Las grietas se ven, está muy fea la cosa. Llegamos al Collado Coronas, justo debajo, quedan los últimos metros. Hay bastante gente, pero seguro que no como en verano, que hay que pedir turno para subir.
Cuando estamos a punto de llegar, uf, me entra un subidón que cada vez voy más rápido. No me encuentro mal ni nada por el estilo. Llegamos a la antecima!!!
Me siento, recupero, me quito la mochila y no tengo ganas de mirar el panorama. Ahora, para llegar a la cima, hay que cruzar el famoso paso de Mahoma, vamos ... una cresta un poco (jeje) aérea con un patio bien majo a cada lado. Sólo unos 100 o más metros de caída. Nada, poca cosa. Hay gente que pasa como si nada, pero yo no se qué sensaciones voy a tener. De momento no asomarme e intentar pasar (en cuanto se me quite el sofoco de la subida). Si me lo veo mal, media vuelta. No hay más.
Se me quitan hasta las ganas de hablar y quiero, si hay que pasar, que sea cuanto antes. Así que me quito las botas, pues no tengo casi sensibilidad en los pies con ellas. Pasaré en zapatillas (si paso). Se deciden a pasar Paco y su hermano. Y uno de ellos allí se queda un rato. Le pregunto que qué hace y me dice que está allí, acostumbrándose a la altura. Jajaja. Tela.
Al final pasa, pero súper pegado a las piedras. Mientras las piedras no se muevan, pues pasas a 4 patas, no? Parece fácil. Pasa Francesc delante y yo tiro detrás. En una de las repisas me he adelantado demasiado y me toca esperar. Me tiemblan las piernas, parece que esté en moto y vaya a cambiar de marcha, jajaja. Y encima llevo un francés detrás atosigándome, quita hombre, quita! Xeeee, serà posible?
Bueno, poco a poco se me va el tembleque y sigo avanzando. En el tramo más complicado, paso muy rápido y cuando lo hago me quedo pensando y me vuelvo a poner a temblar, pero si ya lo tengo!!
Cumbre!!!!! 3404 m!!!! Lo más alto que he estado (de momento) por mis propios medios!!!
Qué pasada, las vistas son excepcionales. Allí estamos todos, pues lo demás también han pasado. Nos hacemos las fotos de rigor y decidimos regresar a la antecima para comer algo e irnos hacia abajo ya. Que se va haciendo tarde y queda mucho camino.
La bajada es más cómoda, aunque algun leñazo que otro nos pegamos, menos mal que se queda en un susto. Hemos decidido bajar por donde nos dijeron en el refu, así que desde el collado coronas todo tieso al norte. Pero cuidado con quedarse muy arriba y llegar a Salterillo por encima, pues no podremos bajar. Así que, como parece que me dejan, me pongo a guiar. Aunque no me dejaran yo hubiera ido por dónde hubiera pensado que era mejor, pero bueno, se vinieron detrás. Menos mal que acertamos, pues yo había ratos que pensaba: "Ana, ¿en qué fregaos te metes?" Bueno, al rato ya estábamos en Salterillo y sin más bloques de piedras. Desde Salterillo por curvas de nivel y adivinando el camino hasta el Collado de la Renclusa. Y en 10 minutos en el refu. Genial! Hemos llegado muertos, unos más que otros, pero contentos y en grupo. Gente mu maja hay por estos lares, sí señor. Hemos compartido un día genial de montaña, hemos disfrutado y nos hemos reído. Nos damos los correos y nos despedimos.
Nosotros a la ducha, a ayudar en las cenas (en lo que podamos, que hoy no estamos para trotes), a cenar y a dormir. Eso sí, como unos campeones, hemos llegado casi a la hora de "los excursionistas", jajaja.
Me duermo enseguida, caigo redonda. Hemos decidido que mañana, conforme nos levantemos, veremos dónde es capaz de arrastraros Xavi (ya que se ha ofrecido para acompañarnos, y como no, es todo un lujo).
Domingo amanecemos con una agujetas de caballo (¿hay agujetas de caballo? jajaja). Así que decidimos dar una vueltecita para estirar piernas y dejamos el Pic de Alba para otra ocasión que esté más nevadoy no haya tanta pedrera. Así pues decidimos subir al Paderna (2622 m) y pegarnos allí un almuerzo de campeonato. Unos bocadillos bien calentitos. Subimos con "Hacha" la perra alpinista de Xavi. La verdad es que yo estaba algo cansada, pero en cuanto te pones a andar, se te pasa todo. Las vistas desde el Paderna son espectaculares, al fondo el macizo de la Maladeta todo nevado y abajo el ibón y La Renclusa. Enfrente El Salvaguarda, al que volveremos en breve.
Tras el almuerzo decidimos bajar por el otro lado, rodeando el pico del que venimos y llegar hasta La Renclusa por una crestita. La bajada es por un canchal de piedras, ni más ni menos. Norte (el otro perrete del refu) es más listo y no va por dónde vamos nosoros. Aquí el principal problema son los sarrios que van por la parte superior, que tiran piedras con unas velocidades!! Y eso que ya nos lo había dicho David, que está en el refu y nos vamos comunicando por la emisora con él.
Volvemos a tumbarnos un rato en un prado que hay de camino, pues vamos totalmente de relax. Hace un día increíble, no me puedo imaginar que hace dos días estaba por Valencia con todo lleno de gente y que dentro de dos días será lo mismo, uix, uix ... no pienses Ana.
Bajamos hasta el refu y comemos. Uf, qué rico está todo. Allí están Patri, David y Carol. Geniales.
Tras la comida nos salimos al solecito a hacer la siesta. Allí nos encontramos a "les Burretes", que siempre están por aquí. Son graciosas, así que se arriman para que les toque la cabeza con los pies (mientras yo estoy tumbada). Parece que nos entendemos y todo.
Esa tarde ya no nos da tiempo a nada más, pues la siesta de rigor hace su faena. El Salvaguarda para otra ocasión y eso que la idea era subir corriendo, jeje, qué risa me entra!!
Eso sí, vueltecita acompañados de Hacha y Norte y a ratos "les Burretes". Se hace de noche, vuelta al refu, cenas y a descansar. Esa noche sube "El Pai" y trae setas de todos los tipos. Así que prepara una sartén llena de setas que nunca había visto. Entre risas y buen ambiente terminamos este fin de semana lleno de nuevas y agradables experiencias.
El lunes por la mañana nos levantamos con la idea de salir pronto hacia Valencia, pero creo que hemos hecho tarde, ya que se levantan todos y "tenemos" que probar el desayuno del Pai. Yo con la mochila cargada, que me bajo!, que llegamos tarde!! ... pero las caras del resto me confirman que no, que esto no lo dejamos pasar. Así pues, cacho almuerzo. Vamos, no creo que coma (aunque sí que lo hice al final, jajaja, no hay que perder ni una). Tortilla de patatas, jamón frito, tomatito, uff... vámonos para casa que nos quedamos aquí una semana más!!
Nos despedimos y bajada hasta la Besurta con las botas nuevas, a ver si así se me amolda un poco el pie, o la bota, no sé, no sé.
El regreso a casa muy tranquilo, muy entretenido y disfrutando de todo lo que hemos hecho. Pronto volveremos, quizás varias veces este invierno a algún pico y a hacer esquí de travesía, que tenemos maestro.
Pues nada más, hasta la próxima.
1 comentario:
Buah, que recuerdo más bueno tengo de mi ascensión al Aneto, como disfruté de ese fin de semana, jeje. Ya te lo contaré un día. Sólo que nosotros subimos por Coronas. Y del paso de Mahoma, jeje, cuando fui, parecía la calle colón una tarde de sábado... increible.
Un besote.
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