lunes, 6 de febrero de 2012

Río Lobos, Urbión y Calatañazor ... 3 en 1 !

Triplete, casi salió a una visita por día; porsupuesto en otros tres días libres que tuve en Segovia.

Esta vez hacia el norte. Salimos hacia el Cañón del Río Lobos. Antes visitamos el centro de interpretación en Ucero y desde allí y con toda la "domingor", pues aquello estaba lleno de veraneantes (ya era agosto, menudo calor!) ... llegamos hasta la ermita templaria, que era digna de ver.


Hasta aquí es la típica excursión que ya es toda una maravilla. Nosotros, continuamos un poquito más siguiendo por el cauce del río y con cada vez menos agua y más calor. En determinado momento me planté y dije que ya tenía bastante, así que nos volvimos. Menudo calor, me dolía la cabeza y por allí venga a revolotear los buitres ... ¿me querrían comer? Ups!

Aquella tarde llegamos a Vinuesa, en busca del cámping para dormir y descansar pues la jornada siguiente subíamos al Urbión.

El cámping cuco, no estaba mal, lleno de gente pero nosotros a la nuestra. Montamos, ducha, cena y a nono.


A la mañana siguiente nos acercamos en coche hasta casi la Laguna Negra, que es espectacular. Lugar tranquilo (aunque estos meses no demasiado) y con algo mágico.

Damos alguna vuelta por allí y subimos por la canalilla que nos lleva hasta la ruta que asciende al Urbión. Es una ruteta perfecta, sin mucho desnivel, cortita, amena ... pero con un solazo que mata. Nos ponemos morenos mientras pasamos cerca de algunos lagos, pinares cada vez más bajos y montones de matas y piedras.

Antes del pico hay una cruz enorme y un "tipo altar". ¿Pero será posible esto? En fin ... subimos y comemos arriba escondidos entre las piedras por el viento y el sol. Foto y bajamos a buscar el nacimiento del Duero. Anda, pero si está aquí al ladito!


Es hora de volver y oímos que unos se van a ir por otra ruta para probar. Què fem? Res, per on hem vingut. Y menos mal, aquello era más secarral aún ( de eso nos enteramos en el bar de Vinuesa mientras no refrescamos con unas cervezas y una tapas y el funeral de aquella tarde en el pueblo, parecía una de Buñuel). Compramos y al càmping a descansar.

Al día siguiente toca bajarse y acercarse de nuevo a casa, pero aprovechamos para ver La Fuentona, el Sabinar de Calatañazor y dicho pueblo. La Fuentona es una surgencia de agua que se adentra en una cueva, realizas un pequeño recorrido por sus alrededores y regresas. Lo más curioso unos largavistas (miralejos que diría uno de mis hermanos! ...hace ya años, eh?)... bueno, que con ellos podías ver los nidos de los buitres. Era precioso!

Visitamos la casa del parque donde había mil cosas que ver en aquella antigua fortificación rodeada de campos de girasoles. Allí cerca estaba el Sabinar, con unos bonitos ejemplares ubicados en un terreno perfecto para tener dichos tamaños (fondo del valle, abundante agua, etc). Así La Juana de la Torre también crecería tanto.

Calatañazor muy bonito, con sus típicos portales y sus tiendas de queso, antigüedades (donde compramos chumineces para casa), el queso más fuerte de españa (cómo no, entramos a probarlo) ... y su castillo y sus tumbas. Todo muy especial.


Para terminar, cerca ya de casa nos cruza la carretera un peazo jabalí que menos mal que era de noche y no lo vimos bien, jajajaja. Y bueno, una excursioncilla más que hacía tiempo que tenía pendiente...

2 comentarios:

Brigadier dijo...

Anna,
porta'm formatge per favor !!!!!!

Anna dijo...

Ja no en queda, se'l vam menjar tot, jajaja!