Esta vez era para estirar las piernas tras varios días de esquí. Decidimos subir a Chelva, lugar de encuentro, para disfrutar de las sendas y vistas que El Remedio ofrece.
Salimos no muy temprano y dejamos el coche en La Gitana. Desde allí y por el PR que sube a la ermita y luego al Pico, pudimos disfrutar del frío, la garganta helada, los mocos que caen y muuuchas más anécdotas. Una vez en el Pico, foto de rigor (hace frío, eh?) y descenso vertiginoso por la otra senda.

Ahora sí, al bar ... digo, a la Gitana a hacernos allí unas brasas y comer lo más calentitos posible.
Me gustan estas escapadas, casi sin programar pero donde luego hacemos de todo un poco.
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