martes, 2 de marzo de 2010

Esto molaaaa!!! Iniciación al sky de travesía, Benasque, 25 i 26 de febrero 2010.

Pues que mola, mola mucho. Es poder combinar dos deportes, montaña y esquí.

La verdad es que eso de esquiar por pistas ya resulta un poco aburrido, está bien para iniciarse y coger soltura, pero el esquí de travesía es una forma genial de disfrutar de la montaña en invierno. De momento las ascensiones serán poca cosa, pero esperemos que vaya a más conforme le vayamos cogiendo el tranquillo.

Como no, el lugar estaba decidido, La Renclusa.

Ya llevábamos varios fines de semana intentando escaparnos y probar esta nueva disciplina, pero entre carrera y carrera y compromisos varios, nunca encontrábamos el finde. Éste, el del 25 y 26 era el elegido.

Lo comentamos con Misjueves y resulta que ellos también habían decidido hacer lo mismo, ya que el grupo del montaña del politécnico había organizado una salida. Pero al final ellos se echaron atrás por el mal tiempo que amenazaba. La verdad, nos daba un poco igual el tiempo, ésta era la ocasión y... no fallamos.

Así pues, viernes, suena el despertador y para allá que nos vamos. La idea es llegar hacia medio día, alquilar el material y subirnos ya esa noche a la Renclusa. Aprovechar el sábado por allí arriba y el domingo ya de vuelta.

Llegamos a Benasque lo justo para que hayan cerrado las tiendas y esperaros allí a que abrieran ... uf, se nos haría de noche para subir. Allí nos encontramos a Patri que baja de dar clases en las pistas y a Carlos, un chaval que trabaja en Benasque al que creo que nos encontraremos subiendo esta tarde a la Renclusa, pues piensa dormir allí.
Así que tras preguntar nos dirigimos a Cerler (aunque nos tengamos que desviar), pues allí hay una tienda de alquiler que está abierta al medio día. Sorpresa cuando entramos y resulta que el chico que nos atiende me suena, me suena, ¿quién es? Hombre, pero si es un primo mío que hace mil que no veía, jajaja. Grata sorpresa. Al final nos presta parte de su material, así que alquilamos el resto y hacia los Llanos del Hospital. Ha habido varias avalanchas durante estos días y la carretera está cortada. Bueno, se puede pasar porque han hecho un corte en la nieve, pero "oficialmente" está cerrada. Llegamos a Llanos y allí hay que dejar el coche. La pista que llega hasta la Besurta (justo debajo de la Renclusa) está tapada por la nieve, pues en invierno se utiliza como circuito de esquí de fondo.

Nos equipamos, esto es un poco raro, jeje. Se trata de llevar el talón suelto para tener movilidad cuando asciendes y las pieles de foca (animalitos!!! ... que nooooo, que son sintéticas, porque focas rosas y azules, no se yo). Así, éstas, a contrapelo evitan que te deslices hacia atrás. Cuando vas a bajar debes quitarte las pieles, guardarlas para que se vayan secando y fijar loas talones al esquí. La técnica de bajada es de risa, nada tiene que ver con el esquí alpino, aunque ayuda un poco tener conocomientos (que no conocimiento).

Así pues nos ponemos en marcha algo más tarde de la hora prevista, pero es que "semos" así. Vamos todo tapados, por si hacía frío, pero claro, a los 10 minutos yo llevo unas calores. Seguimos por la pista del circuito de fondo, se nos hará de noche inevitablemente y con lo "cagarretas" que yo soy ... seguiremos disfrutando de las vistas, hasta que podamos. Casi llegado a la Besurta nos adelanta una moto de nieve, debe ser Carlos. Qué listo!
En la Besurta ya es de noche. Menos mal que sabemos hacia dónde hay que ir aunque sea a oscuras, pero poco a poco nos damos cuenta de que hace una noche preciosa, la luna está fuera y se ven incluso las sombras que proyecta. Entre la soledad y el silencio y la luz reflejada por la nieve en aquellas montañas, las sensaciones eran estremecedoras, geniales. La subida se hizo algo dura, más que nada por que las técnicas de subida las desconocemos y subimos a lo brutico, menos mal que hay traza.
Casi llegando al refu nos sorprende Norte, el perrete. Qué grandote está, eso es de hibernar, seguro!!
Entramos y ya están dadas las cenas, pues llegamos casi a las 20. Qué alegría volver allí. Saludamos, nos asignan habitación, dejamos trastos y a cenar. Xarraeta con el personal y pronto a dormir.
Hemos coincidido con una pareja que creo que ambos son de Andalucía. Ella es Lina y él Antonio. Un encanto, gente muy maja y colaboradora. Son unos fenomenillos, ella ya ha estado en varios ochomiles.

Al día siguiente no tenemos ninguna prisa, anunciaban mal tiempo y así es. Simplemente nos conformaremos con salir del refu y recibir alguna clase por parte de Xavi. Desayunamos como Dios manda y tras prepararnos salimos con los esquí en dirección al ibón de la Renclusa, hacia el pico Paderna. En Octubre esto estaba precioso cuando subimos al Pico a echarnos el almuerzo.
Xavi y Lina nos explican cómo ascender, técnicas básicas, la vuelta María. Una vez "arriba" bajamos. La risa, esto se hunde muchoooooo, no puedes casi controlar los esquís. Entre risa y risa llegamos al refu. Ha habido incluso un momento que se ha girado un viento muy fuerte y casi nos tira a todos al suelo.
Ahora toca explicación teórica del tema de nivología, aludes, precauciones y sobre todo manejo del ARVA. Habrá que comprarse uno. El tema de la búsqueda de un compañero en caso de alud, el método del barrido, en forma de cruz, etc. Luego la supervivencia en caso de imprevisto, el tema de los vivacs improvisados.Muy interesante y chulo. Hicimos incluso uno y también buscamos el ARVA varias veces, para ir practicando.

A comer se ha dicho. Ha subido el Pai por lo que la comida si ya era buena, ahora es inmejorable. Nos juntamos en la mesa un grupete nutrido. Yo me coloco junto a una chica que es Americana y habla catalàn e inglés. La verdad es que no para de reírse y de decir barbaridades. En fin, ayudamos en recoger. Siestecita y otra vez al monticulito. Esta vez solos. Genial, subida sin percances, bajada con alguno, jeje. Se hace de noche. Toca cenas. Esta vez sí, hay más gente. Ayudamos y luego cenamos nosotros junto con Lina, Antonio y Xavi. Tertulia después de cenar y a momir, que a mi las piernas me dan señales de cansancio y mañana toca bajarnos.

El domingo amanece precioso, un sol espectacular, el problema (dicen los que saben) es que han subido mucho las temperaturas y no ha nevado, ha estado lloviendo; con lo que la nieve tiene una capa de "costra" por encima (hielo). El resultado es que se vuelve más difícil, aún si cabe, controlar los giros. Pero nosotros hemos inventado el giro "Marío", que es como el María, pero apoyando el culo en el suelo. Oh! Sorpresa! Ya estaba inventado, jeje. Giro Marmota, ein?? Bueno, sirve!!

Bajamos a desayunar con las intención de recoger los trastos y bajarnos a los Llanos, para tener un día tranquilito de regreso a casa. ¿Qué has dicho?¿Bajaros ya? No hombre...que el Pai va a hacer una de sus tortillitas de patatas. Uf, esto no nos lo podemos perder. Además dice que la nieve está muy dura, que esperemos hasta más tarde. Esperamos pues. Nos subimos otra vez a la montañita mientras se cuece la tortilla. Bajamos, almorzamos, todo un lujo. Ahora sí que nos vamos....pero Xavi nos pregunta si nos apetece aprender a hacer la cata de la nieve que le pasan al instituto meteorológico para el tema de la nivología. Pues sí, nos quedamos.
Primero hacemos la cata de estratos mediante los pesos y nos va explicando el proceso. Luego tenemos que cavar hasta encontrarnos con el suelo, aproximadamente unos 2 metros, y ver el estado de la nieve, dureza, densidad y mil cosas más. Terminamos y ahora sí que es tarde.

Entramos al refu y cómo vamos a irnos sin comer, pues nada, no pasa nada, comemos y dos veces si hace falta. Comemos, café y aprovechamos que el Pai se baja para que nos cuide un poquito, pues el descenso hasta la Besurta es algo complicado. Xavi sale a despedirnos y a vernos (bueno a reírse un rato, supongo). Nosotros diagonal y vuelta María, diagonal y vuelta María. Así hasta abajo. Pasamos por el lado de un alud que hubo anoche, impresionante, pero esa ahora es una zona segura. Poco a poco bajamos hasta que perdemos de vista al Pai. Está ya en la moto de nieve, abajo. Allí nos dice que vayamos a la marcha y que vuelve a por nosotros, así nos bajamos juntos a Benasque, en mi coche, ¿ en mi burrita? Madre! Pues tendremos que jugar al tetris para meternos todos con todos los trastos!
Vuelve a por nosotros con la moto, qué velocidades llevaba aquello, qué sensación de aparecer todos en un montón de nieve estampados. Cuando bajamos y volvemos al silencio, allá en el fondo del valle, se oyen los aludes caer. Dan respeto e impresionan.
Antes de bajarnos a Benasque, cervecita reparadora en Llanos del Hospital. Uff, qué bien sienta.

Hale, vuelta a apretar el culo cuando pasamos por los aludes cortados en medio de la carretera y dejamos a Esther i el Pai en Benasque. Nos subimos a Cerler a devolver el material, nos despedimos de Felipe y para casita, que ya es tarde.

El regreso tranquilito a excepción de la búsqueda casi agónica de una gasolinera desde Zaragoza en adelante. ¿Pero que no habrá ninguna? Cómo se nota que esta autovía de Teruel no es turística, ays.

Hale, próximamente más. Besetes.

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