En primer lugar quería dar las gracias a todos los que la han hecho posible y nunca han dudado de mi. Soy consciente que para grandes espeleólog@s esto no es gran cosa, pero para mí ha sido mi primera travesía y mi primera cueva en Cantabria.
Pues al lío.
Desde que empecé con la espeleo en serio, hemos ido haciendo "cuevuchas" (jeje, me sabe mal por ellas, pobres, pero tras venir de Cantabria las veo así, aunque siempre me parecieron grandes cuevas y simas).
Después de "catar" Cantabría esto se convierte en una zona de entrenamiento para poder volver allí en condiciones.
Ya que este blog viene del mundo de trail y ahora se está pasando a la espeleo, haré símiles que a mi me sirven, para que los lectores sigan el hilo. En este caso, llevado al mundo del correr, es como entrenar por Calderona y Espadán para poder defenderte en ultras de Pirineos o Alpes.
Bueno, pues en esas salidas que hacíamos por "casa" se fue gestando una posibilidad, para mi entonces bastante remota: irnos en julio a Cantabria a realizar la travesía Cellagua - Garma Ciega y participar como equipo en el campamento internacional de espeleo que organizaba el ESOCAN (es lo mejorcito que hay en espeleo).
Preparar la travesía suponía entrenar mucho, acostumbrar al cuerpo y adaptarse a ese entorno (aunque aquí cerca nunca vas a poder encontrar las cavidades que hay en Cantabria ni en cuanto a dimensiones ni, sobre todo, a condiciones térmicas). Pero por algo hay que empezar. Y, por otro lado, organizar todo el material, algo muy importante pues tu seguridad también depende de él.
Pero para eso están las listas en excel, las salidas preparatorias y los buenos ratos.
He de reconocer que iba cagadísima. Nunca me hubiese imaginado poder afrontar algo así. No por falta de técnica ni de físico, sino por no saber las dimensiones de lo que me iba a encontrar ni la magnitud. Me daba mucho respeto (y después de conocerlo me lo sigue dando o incluso más que antes).
Así que, un día de julio, con las maletas cargadas en la furgo, nos vamos a Balmaseda para, desde allí, preparar todos los trastos necesarios que son un montón.
Si en un ultra tienes que preparar minuciosamente todo el material, comida, abrigo, intendencia, etc ... aquí es una burrada y más si vas a pernoctar en el vivac de la cueva. En este caso, así teníamos pensado hacerlo nosotros: entrábamos por una boca, dormíamos dentro y salíamos, al día siguiente, por otra boca.
Cuando ya tenemos todos los preparativos y dejamos la mitad de los "por si" y los "y si" fuera del petate, nos vamos rumbo a la oficina de turismo de Ramales de la Victoria que es dónde indicas cuándo vas a entrar a la cueva, por qué boca y cuándo tienes pensado salir.
Entramos jueves 8 de julio a las 10:00 y salida prevista viernes 9 hacia las 19:00 (siempre dejas algo de margen).
Una vez registrados nos vamos con la furgo a dormir a apenas 15' de la boca de entrada andando. Nosotros entraremos por Cellagua y saldremos por Garma al día siguiente.
Aquí la topo de la cavidad (bueno, de parte de ella porque es inmensa).
Pues nada, la mañana del jueves 8 de julio, allí que sin darnos cuenta y con un poco de xirimiri estamos ya de camino a la boca de Cellagua. Se trata de un sumidero y como este último mes ha llovido bastante, pues le entra algo de agua. De hecho, hemos retrasado la entrada un día por ver si le dábamos algo de tiempo de drenar. Al final es como si hicieras un barranco, pero bajo tierra o de noche.
Esa es la entrada al sumidero de Cellagua. Aquí estamos, todos equipados y con una saca que pesa un quintal porqué llevamos de todo!
Nos cuesta unos minutos encontrar la boca y cuando me doy cuenta ya estamos dentro! Se inicia con algunos pasos estrechos ... creo que montaron la cueva así para que diera menos impresión. Jaaaaa!
Bajaremos a -240 m de profundidad. Yo no había bajado nunca tanto.
En los ultra nos medimos por km y desnivel, aquí en espeleo nos medimos también por desnivel, pero en este caso en negativo.
Cómo es el mundo, a veces miras cuánto subes y otras cuánto bajas.
Vamos en seco y al poco ya notamos que el agua resbala por las paredes de los pozos, aunque no nos mojamos en exceso. Pero hay que ir con ojo con la saca, para que no le entre agua, aunque lo llevamos todo en bolsas y bolsas estancas.
Los pozos se van sucediendo y vamos bajando y bajando. Es espectacular y eso que no veo más que lo que alumbra mi frontal y lo que tengo delante: la cuerda, los fraccionamientos y la pared de enfrente.
Son unas paredes negras como el carbón, estriadas, preciosas ... transmiten la inmensidad de donde estamos.
Bajamos, un fraccionamiento, más pozo, más fraccionamientos.
Ana, fíjate bien, baja, mosquetón, cabos, stop, pedaleta ... que esté todo bien hecho, que no falle nada.
En una de esas en las que estoy toda concentrada Guillem, que va por delante, me avisa de que va a hacer una foto y ohhhhhhhh, enciende su súper linterna de buceo que ilumina todo.
Me da tanta impresión que no me atrevo a mirar y le digo que haga lo que tenga que hacer rápido y que tire "pabajo".
Así que, para ver la dimensión del pozo, os dejo unas fotos del Facebook de Alejandro Menéndez.
Aquí está el vídeo que hizo Guillem con mi frase célebre de "Guillem, estic cagà de por".
Es importante no parar demasiado, pues la temperatura en la cueva es fresca (7 ºC) y no conviene perder temperatura. Además de que tenemos todo el cañón por recorrer.
Nuestro objetivo del día es llegar a la Sala de Titanes a -530 m para dormir. Antes hay que recorrer el cañón y dejar atrás la sala de la unión, que es la que nos llevará al pozo de Garma Ciega por el que ascenderemos al día siguiente.
Así que una vez abajo, le damos un bocado a una barrita, un trago de agua y seguimos.
Este vídeo es de cuando estamos tocando fondo.
Y la siguiente foto es la primera que tenemos del cañón del Cellagua.
Ahora no hay vuelta atrás ... subir por aquí no es opción, jeje. Sería abandonar y hay que seguir con el plan. No nos hemos cargado como burros para abandonar tan pronto.
En fin, toca echar mano de orientación y lectura del terreno para seguir el cañón sin perderse. No es difícil seguirlo, pero hay entradas y salidas, subidas y bajadas, además de que lleva agua.
La teoría es que progresaremos río abajo y, para evitar los pasos muy profundos (pues hemos decidido llevar solo escarpines y no el neopreno completo), hay que seguir el cable del teléfono.
Sí señores, el cable del teléfono!
De alguna instalación que se hizo en su momento, cuando se exploró la cavidad.
En este caso es un cable bastante viejuno (y sin señal, jeje), pero que nos evita las zonas más inundadas si lo seguimos.
Hay algunas zonas donde el cañón se abre y nos deja unas formas moldeadas preciosas.
La teoría era la que os he contado, la práctica es que no dejamos de apartarnos del cauce del agua y subir y bajar montañas bajo tierra.
Subimos por bloques de piedras, subimos por cuerdas fijas en las que los anclajes son de "mírame y no me toques" y deben ser tratados con "extremo cuidado" pues están en un estado bastante malo.
Aún así es lo que hay, te tienes que coger de ellos si no tienes nada mejor. Eso sí, sin perchones y sin tirar de forma brusca o dejar caer todo el peso. Con cuidado, jeje. Con mucho cuidado.
El cañón es impresionante, es precioso. La roca está moldeada por el agua, los techos son en algunos lugares altísimos, hay montañas y collados bajo tierra y en otros tramos lugares estrechos.
Vamos todo el rato con el sonido del agua corriendo que nos acompaña.
Suponemos que no tiene pérdida, aún así dudamos en algunos sitios y nos salimos un poco de la ruta. Está muy pisado, pero de otros que, como nosotros, se han equivocado. Volvemos al cauce, nunca mejor dicho.
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| Aquí usamos la cuerda para asegurar. La foto está hecha desde abajo. |
En algunas ocasiones no vemos seguro progresar sin asegurarnos, pues los bloques están sueltos y la caída puede ser importante. Así que sacamos el "pingo" de cuerda de 20 m que llevamos en la saca y hacemos los pasos siempre asegurados.
Una de las cosas que más me preocupa o a la que más pongo atención desde que hago espeleo (al igual que en los incendios) es al riesgo que asumes allí abajo. El compromiso de la actividad es alto.
Cualquier percance o pequeño accidente se convierte en algo muy gordo.
Yo siempre que entro en algún agujero me hago la misma pregunta: ¿Por donde he entrado podría salir metida en una camilla?¿Cuánto tiempo necesitarían para sacarme de allí?
Ahí es donde valoro el grado de compromiso de la actividad y me vuelvo "Ella La Araña" y me voy arrastrando por tierra. No se me ocurre pegar ni un salto ni hacer ningún movimiento brusco.
Aquí el helicóptero no llega, no te enganchan con la grúa y se te llevan tan fácilmente.
Como te pase algo y haya algún marrón, estás a días de la superficie.
Así que SA (Conciencia Situacional), poco a poco y sin prisas. Y las decisiones muy bien tomadas y seguras.
El resumen es: Aquí no puede pasarnos nada.
Además, somos dos, con lo que el grado de compromiso aumenta. Íbamos a ser tres, pero Xevi finalmente no ha podido venirse, así que las opciones eran: irnos los dos o anular la travesía.
En este caso, si hubiese un accidente, el accidentado se queda solo y el otro debe salir, también solo, a pedir ayuda o esperar que pase el tiempo hasta que "te echen de menos ahí fuera" y se ponga todo el dispositivo de rescate en marcha.
En esta caso asumimos la actividad pues hemos entrenado bastante juntos y vamos con garantías. Guillem se fía demasiado de mi. Yo voy más tranquila con él que conmigo, pobre.
Como os contaba, vamos progresando. Hay algunos momentos en los que me siento agotada físicamente y necesito parar a comer y beber. Vamos bien, a la marcha, a veces pensamos que se está haciendo muy largo y que no llegamos nunca a la sala de la unión.
Pero no queremos parar hasta "tocar mare" como se diría, hasta estar seguros que vamos bien y que nos queda ya poco para Titanes.
En eso escuchamos unas voces y nos cruzamos con dos chicos que vienen en sentido contrario. Nos comentan que hasta la unión nos quedará 1 hora aproximadamente. Ufff, aquí los tiempos son tan relativos. Y yo estoy tan cansada.
En una de esas el cable va hacia arriba, sube y sube ... ¿será por aquí?
Mientras Guillem progresa por allí, yo me asomo por otro hueco. Miro hacia arriba, madre mía, menudo caos de piedras mal puestas, esto se nos cae a la cabeza en cualquier momento. "No, por aquí no es".
Retrocedo.
Decidimos seguir por donde está Guillem.
Ostras, esto está fatal.
"Guillem, asegúrame y yo te aseguro a ti para bajar".
Al momento vemos algo que no nos gusta nada encontrarnos en las cuevas: una pintada en la pared. Pero en este caso nos alegramos muchísimo pues la pintada dice: "Sala Titanes" y una flecha indicando una dirección.
Estamos en la unión!!!
Tras 5:30 de pegar culazos por el cañón.
Paramos, comemos algo y decidimos dejar las sacas en dicha sala para explorar el tramo que deberemos hacer mañana buscando el pozo de salida y así que Guillem llegue hasta donde conoce, pues ha estado echando una gran mano al ESOCAN e instalando el pozo de Garma las semanas anteriores.
Así que dejamos las sacas que "hacen mucha compañía" pues van cargadas hasta los topes y seguimos por la zona que nos llevará mañana a la superficie. En menos de 20' escuchamos algunas voces y nos cruzamos con un equipo de 4 personas que bajan por Garma y acaban de salir del tramo de cuerdas. Pues nada, ya hemos enlazado. Mañana tocará subir por aquí.
Según nos comentan llevan de bajada 6:30 (haciendo paradas) y yo me pregunto, ¿si eso es de bajada, cuánto nos va a costar salir? Como os digo los tiempos son relativos, pues Guillem ha subido ese pozo las veces anteriores en 3:30.
Hay mucha diferencia, aunque no llevar sacas pesadas también marca una gran diferencia. Los "por sis" y los "y sis" pesan mucho .... pero otra cosa os digo, no pasaremos ni frío ni hambre, que llevamos de tó!
Bueno, ahora toca volver a la unión, volver a cargarnos las sacas y seguir hacia la Sala de los Titanes para "acomodarnos" en el vivac.
La subida a la sala es como escalando, lo que nos faltaba!
Pero en menos de 30' y tras colarnos por un pequeño agujero, se abre una sala inmensa.
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| Este es el momento en que entramos en la Sala Titanes!
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Me quedo con la boca abierta! Qué dimensiones! Y eso que esta no es de las salas grandes de las cavidades que hay por aquí.
En una de las esquinitas de la sala está instalado el vivac. Se trata de una especie de tiendas de campaña, puestas con muchísimo cariño y de la mejor forma posible, haciendo malabares con cordinos, vientos, etc. Con sus esterillas en el suelo.
Han dejado mantas térmicas, botes de etanol, un botiquín y hasta un libro de visitas.
Muchísimas gracias a todos por montar este pequeño oasis en el que poder descansar y podernos recuperar.
A mi me sienta como agua de mayo. Necesitaba comer algo caliente y descansar. Me siento agotada.
Así que nos acomodamos, desplegamos trastos, nos quitamos el mono mugriento, los cacharros y las botas. Nos metemos en el vivac y preparamos una sopa bien rica, acompañada de los mini bocatas de jamón y queso que llevamos.
Qué manjares!
La temperatura exterior es de unos 6ºC, así que toca abrigarse.
Las cosas allí no son rápidas, sacar el hornillo, calentar agua, que no se caiga nada (jeje), preparar los fideos de sobre .... mmmmmm.
Cuando me termino la comida/merienda me meto en el saco y entro en un estado de letargo mientras Guillem me cuenta historias super bonitas de cuevas, de exploraciones ... lo recuerdo como un momento súper bonito. Allí metidos en una tienducha, en medio de una sala inmensa, medio km bajo tierra y no te importa nada más que estar allí calentito, cómodo y a gusto. Y recuperar.
Al rato nos ponemos en movimiento, pues hay que calentar el vivac y secar algo la ropa interior. Así que ponemos en marcha el método de secado por convección.
Al poco ya estamos pensando en preparar la cena, pues no vamos a seguir visitando la cueva. Vaya Sangoneras!
Así que volvemos a comer algo y nos preparamos para irnos a dormir. Son las 23.
Una de las peores sensaciones es salir al WC, que está apartado del vívac y huele que apesta. Pero lo peor no es eso, sino meter los pies secos en las botas mojadas y llenas de barro, jajaja. Que exquisitos nos hemos vuelto. Así que hacemos equipo y vamos juntos. Por si se hunde la sala que sepan donde buscarnos, jajaja.
En fin, a dormir que mañana nos toca subir unos cuantos metros y creo que la cosa no va a ser fácil, pues Guillem es muy comedido y solo me dice "demà poc a poc".
Zzzzzzz. Zzzzzzzzz.
Por cierto, creo que otros, como yo, aprovecharon el mismo colchón. Una super-hiper-chula-fantástica colchoneta verde de playa que alguien llevó hasta allí abajo.
La risa vino cuando le dije a Guillem que estaba algo deshinchada. Nos miramos. Pse.
Pues nada, a amorrarse toca. Jajajaja.
Aquí el covid no llega, está esto muy hondo!
A las 8:00 pi.pi.pi.pi .... ¿pero esto que mierda es? Ni luz, ni pajarillos cantando. Pues vaya!
La verdad es que esa es la peor sensación que tuve durante toda la travesía. Algo raro, como sin vida, estanco, aislado ... bueno, vamos a desayunar y ponernos en marcha que hoy tenemos una buena "tocata".
Me encuentro bien, algo magullada pero descansada. No hemos pasado nada de frío y para estar donde estamos, hemos descansado bien.
Preparamos desayuno, metemos todo en la saca y a ponerse el mono mugriento y helado toca.
Ah! Y los escarpines mojados y las botas mierdosas!
Una vez equipados, dejamos atrás la sala y bajamos por los pasos casi de escalada hasta la sala de la unión. Bien, aquí estamos. Adiós cañón de Cellagua, adiós Titanes. Volveremos.
Hoy toca conocer Garma Ciega. Jijiji.
Antes hemos recogido algo de agua y la hemos puesto a potabilizar. En 30' estará lista, mmmm.
Tenemos que subir este pozo, con un total de -433 m, pero es a base de tramos pequeños. Con lo que no te cansas de subir en exceso, pero hay muchísimos fraccionamientos, pasamanos y mucho cacharreo. Y eso necesita mucho tiempo y estar pendiente de hacer bien las cosas.
Pues nada, andamos por un meandro bastante incómodo (con la saca) hasta llegar donde nos encontramos ayer al grupo que bajaba y empieza el tramo de cuerdas.
Qué estrechuras! Qué rollo con la saca! Acabamos de empezar y estoy hasta los coj..!!!!
Paciència senyor, paciència!
No tengo fuerza ni para pasarle la saca a Guillem, se nos quedan encajadas, menudo rollo de meandro de los huev...!!!
En fin ... ¿Cómo era? Poc a poc, no?
Pues eso, poc a poc i sense presa.
Hablando, cantando, riendo, sudando, estirando, subiendo, con los pies por dentro del agua, volviendo a estirar ... se van pasando los metros y las horas.
Guillem, ¿dónde estaremos?¿a qué profundidad?
Seguimos, seguimos.
Hacemos alguna parada y descansamos. Le pegamos algún bocado a alguna barrita y bebemos algo de agua.
Tras una de esas paradas, me engancho a la cuerda, tiro hacia arriba y me noto super recuperada!
Madre mía, qué bien me ha venido el trozo de barrita y los tragos de agua.
En eso me doy cuenta de que la saca me estaba mirando desde el fondo del pozo, sola, llorando, estaba abandonada.
No te fastidia, por eso iba yo tan ligera! Me había dejado el ancla, había soltado lastre!
Así que ale, a bajar y recoger la saca toca.
En fin, ¿qué más contar? Estrechuras subiendo, te encajas en la pared, te pegas con la cabeza, estiras de la saca, puño para arriba, pedaleta, pantin y vuelta a empezar.
Las horas pasan y los metros, aunque parece que no, también pasan.
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| En esta foto intento poner la mejor cara que tenía, no me daba para más! |
En una de esas llegamos a un sitio y Guillem me pregunta si sería capaz de reconocerlo.
Toma ya!
El péndulo Redbull (no hace falta explicar nada más, verdad?).
Con esta información yo ya sé que hemos superado los -300 seguro!
Biennnnn.
Al poco me dice: "Oye, la reserva en el Comedor ya está hecha, ¿qué quieres de primero?
Toma ya!!!!
Estamos apunto de llegar a la sala del Comedor.
A -153 m!!
Qué ganas tenía de escuchar esto!
Mientras yo termino de pelearme con el pasamanos y con las cuerdas, Guillem prepara unos bocatas de atún exquisitos.
Qué manjares hemos traído, xe!
Eso sí, qué frío hace.
Así que montamos un punto caliente y comemos con algo de confort.
Preparamos una infusión y nos preparamos para recoger y seguir. Nos queda ya un último empujón para salir a la superficie. Esto me lo veo hecho, pero no, hay que serenarse y no emocionarse en exceso, pues aún queda un tramo.
Ale, desmontamos todo y seguimos subiendo.
Tras una hora, escucho a Guillem que me dice que mire hacia arriba y me pregunta si veo su frontal. Le digo que si. "Pues lo llevo apagado", me dice.
Ayyyyyyy, que es la luz de la calle!!
La boca de Garma es ESPECTACULAR, es de lo más bonito que he visto, pero aún no soy consciente de lo que veré.
Antes de llegar a los últimos fraccionamientos ya me pongo a llorar de la emoción. Que momentos más bonitos. Qué sensaciones.
Es lo que tiene ir con el culo prieto, jajaja.
De momento, parece que vamos a superar el reto.
Así que aquí esta la foto de la salida. El olor a humedad, a plantas, el aire fresco, el sonido del viento, los pajarillos.
En fin, una gozada.
Guillem se encuentra con gente del club que conoce y menos mal, pues así le dan conversación hasta que yo consigo salir de allí, pues no paro de mirar alrededor y de disfrutar lo vivido.
Como no, una vez fuera, lanzamos la saca bien lejos (eso sí, con cuidado, que lleva regalo. Pues allí abajo no se queda ni un excremento, ninguno, jeje. Imaginaros el cuidado con el que tratábamos las sacas, no queríamos hacer ninguna "empastrá" nunca mejor dicho).
Y la foto de rigor.
GRÀCIES GUILLEM!
Menuda tabarra te he dado, jajaja!
Ahora nos quedaba volver a la furgo y alejarnos de la zona de la boca, entre hayas, tejos y un sinfín de vegetación que rodeaba a una senda preciosa. Era necesario andar con cuidado, para no volver a colarnos por alguno de todos aquellos ajugeros que llevaban, de nuevo, al fondo. Menudo lapiaz!
Tras una buena ducha en el refugio de Ramales que nos supo a gloria, aún buscamos al resto de equipo con el que nos uniríamos para disfrutar con unas buenas cervezas, una hamburguesa completa y, al día siguiente, irnos a otra cueva.
Esto no ha hecho más que empezar!
Aunque eso sí, las dos noches siguientes no me podía dar ni la vuelta en la cama. Tipo tronco, jajaja.
Por cierto, lo siento. La mala noticia es que no se vende el equipo de espeleo de segunda mano, pues lo tengo que usar aún muchas veces. Creo que me he envenenado (como me han dicho algunos), jejeje!
Que pasada!!!! De hecho ya tenemos una lista de próximas travesías!
Así pues, como he dicho al inicio, GRACIAS:
- A Xevi y Guillem, que han sido mis maestros. Y con quienes se planteó, desde el inicio esta actividad, por haberme animado a venir y aventurarse a compartirla conmigo, sin dudarlo ni un momento (o, al menos, eso creo, jeje).
- A Xevi, por tantas y tantas horas y por confiar también en mi. Ah, y por envenenarme poco a poco.
- Y a Guillem por aguantarme los días previos (preocupada), durante la travesía (venga a hablar y cantar, pues ya sabéis que cuando estoy nerviosa hablo) y posteriormente (dando por saco de lo contenta y emocionada que estaba, como si nadie más hubiese hecho esto).
- Por supuesto, a toda la gente del ESOCAN que ha organizado el campamento y se han currado la reinstalación de Garma y equipar las dos bocas, así como montar el vivac en Titanes.
- Y, en especial, a Francesc y también al resto de mi familia por animarme y, a pesar de preocuparse por mi, apoyarme en esta aventura.
Nos vemos!
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Una vez ponemos pie en el suelo, hemos llegado, tras dos horas de bajada, al canón del Cellagua. En este tramo final sí que nos llueve algo, pero hemos hecho buena elección con la chaqueta de kayak. 
Ahora no hay vuelta atrás ... subir por aquí no es opción, jeje. Sería abandonar y hay que seguir con el plan. No nos hemos cargado como burros para abandonar tan pronto.
Pues nada, andamos por un meandro bastante incómodo (con la saca) hasta llegar donde nos encontramos ayer al grupo que bajaba y empieza el tramo de cuerdas.
¿Qué me pongo? ¿Qué me llevo? ¿Cortos, largos, pirata? ¿Guantes gordos o fisnos? ¿Chubasquero, manga larga, corta? Diosssss! Parezco nueva, leche!!
Al llegar a la parte alta y cercanos al pico (2020 m) hace un sol estupendo y allí da gusto correr, entre nieve, cruzando valles y colinas. Así así llegamos al km 14 donde hay un avituallamiento estupendo! Reponemos fuerzas y seguimos. Bajada, subida, vuelta a bajar, vuelta a subir. La verdad es que las subidas son de infarto y eso que el trío calavera estamos puestos a subir, pero tela!
Así es, las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran ...
pero sí conozco la victoria,
